martes, 9 de junio de 2015

IMPRESIONES PERSONALES, UN CARIÑO A UNA TÉCNICA PICTÓRICA GRATIFICANTE Y MÁGICA



            No pretendo que mi pintura sea algo meramente decorativa; porque yo necesito contar historias en mi pintura y que exista una simbiosis entre la misma pintura y el contenido; porque no se puede desvincular nada del contenido del cuadro. A muchos les interesa la forma; a otros, la materia; a mí, el contenido total.
            La acuarela es mágica, yo soy bastante inquieta y la mayoría de las veces tengo que estar haciendo algo. La acuarela requiere un ritmo muchas veces vertiginoso, con la inquietud del comienzo, la ilusión si se logra la mancha; el desánimo, cuando no está claro el camino a seguir; la duda por determinar en qué momento debe darse el trabajo por concluido. En la acuarela se ve de lo claro a lo oscuro, de la lejanía a los primeros planos. No cabe equivocarse en las mezclas ni en los tonos, porque apenas se puede rectificar. La acuarela sale o no sale, la enmienda es casi imposible y si se intenta arreglar entre comillas normalmente el resultado final no es satisfactorio.
            Peco algunas veces de ser algo perfeccionista y un tanto meticulosa y algo prolija en detalles sobre todo en escenas urbanas.
            Mi acuarela aborda por lo general el paisaje. El paisaje desde una cierta vinculación a la técnica impresionista, porque es el medio más adecuado para pintar en “plein air”. El sentirse rodeado de la naturaleza y de los olores y matices de luz es una experiencia mágica que cada vez es distinta y diferente.   Un trozo de mar, un campo en primavera, un cielo un atardecer o una nube pueden hacerte sentir o intentar expresar algo que te sale de dentro. Tú y la naturaleza, es un estado del alma, un intento de acercarse al misterio de uno mismo.

          

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